La viuda alegre. D.W. Nichols

Autor: D. W. Nichols 


Publicado por: Colección LCDE 


Año publicación: 2014 


Género: Romántica Regencia 


EBook: 2,99€

A veces, encontrar el amor no es suficiente para ser feliz. Harriet Allister lo sabe muy bien. Después de un matrimonio por amor que estuvo plagado de mentiras y sufrimiento, y que terminó con la trágica muerte de su esposo en un accidente, decide abandonar Inglaterra. En Italia conoce a Pietro Falivene, un aristócrata que la ayuda a descubrir en su interior a una mujer mundana, frívola y coqueta, con el poder de volver locos a los hombres. Pero una carta avisándola de la grave enfermedad que padece su padre, la impulsa a volver a su país. 

Mitchell Allister, lord Greencastle, conde de Hortbock, casi no reconoce a su cuñada Harriet cuando se presenta de improviso en su casa de Londres con la intención de quedarse allí para la Temporada. La joven tímida y recatada que se había casado con su hermano Percy se ha convertido en una seductora mujer que consigue que los hombres caigan a sus pies con un simple aleteo de pestañas. Enamorado en secreto de ella desde muchos años atrás, se debate entre el deseo de hacerla suya y el sentido del honor que se lo impide. 

Pero Harriet ya no es una muchacha inocente, y cuando el pasado disoluto que creyó abandonar en Italia amenaza con hacerse público en la rígida alta sociedad londinense, ha de tomar una decisión: someterse a la voluntad del chantajista, o pedir ayuda a Mitchell, el hombre del que se está enamorando, arriesgándose a que la desprecie.

Tengo curiosidad malsana… ¿Por qué a algunas autoras españolas les gusta ponerse uno o más pseudónimos anglosajones para escribir sus novelas? ¿Qué problema hay de escoger su nombre real? No sé, a mí me parece una tontería, pero lo mismo tiene su razón de ser… 

En fin, como no quiero irme por los Cerros de Úbeda, enfilo derechita a lo que importa: la reseña de la novela. 

Tiene un enfoque bastante original de una novela de Regencia: Un matrimonio fallido a pesar de que (al menos supuestamente) ambos se amaban y que termina dejándola viuda, una suegra bien metida es el tópico de “suegra bruja ciriaca”, un cuñado al que le gusta su hermana política más de lo que debería, un conde italiano conspirador y manipulador, y también una segunda historia de amor fallida entre protagonistas secundarios. 

Comencemos el asuntillo… Harriet es un dulce ratoncito de campo que tiene la mala suerte de descubrir el mismo día del funeral por su esposo unas cuantas cosillas (y de la peor manera posible, escuchando a través de la puerta): Por una parte que su suegra si puede la echaría de casa y por otra que si no han tenido hijos la culpa no ha sido suya, precisamente. Encima con el agravante que su “fiel” marido no lo era tanto... Por lo que a pesar de los esfuerzos de su cuñado Mitchell, agarra su “petate” (me asombra la facilidad que tiene esta peña de recogerlo todo en cero coma, con lo fácil que debía ser manipular todo el vestuario y demás), se vuelve a casa de su padre, y después del año de luto reglamentario y con la excusa de reencontrarse a sí misma, se lía la manta a la cabeza y se va a recorrer Europa y a echarse unas canitas al aire con un conde italiano. Pero claro… el problema es la vuelta, y que todo lo que haces puede tener consecuencias… más o menos graves. Harriet vuelve convertida en una mujer frívola y sofisticada, digna socia de ese club de protagonistas femeninas con un orgullo desmedido y tozudas como mulas. De ésas que piensan una cosa mientras dicen otra, dejando al protagonista masculino muy desconcertado y a punto de perderlo ya que por mucho que se quiera, si mandas señales en una dirección no te va a ir de muto propio por la contraria. Si es que era para darle de collejas y no parar en ciertos momentos. Menos mal que reacciona casi en la última décima de segundo (o la hacen reaccionar, más bien) y se da cuenta que con chorradas no se va a ninguna parte y agarra el toro por los cuernos (y ya de paso se deja de falsas suposiciones y dudas). 

Mitchell es un auténtico encanto, dispuesto a ayudar aunque su objetivo se defienda como gato panza arriba; y que además, cuenta con una mente bastante retorcida. Está dispuesto a darlo todo por sus amigos, como lo demuestra sobradamente con David. Y desde luego, aunque como todo hijo de vecino, mete la pata hasta el fondo, no se le caen los anillos a la hora de disculparse y de saber escuchar. 

Y por último, la historia de amor entre David y Beatrix es también tremenda. Por un momento pensé que habría segundo libro sobre ellos, pero afortunadamente no, ya que su desenlace esta muy unido al de Harriet y Mitchell. 

Ambos cometen un tremendísimo error del que se dan cuenta cuando ya es demasiado tarde y no hay vuelta atrás. Por una parte, él peca de inmaduro y a ella su ultimátum le estalla en toda la cara. ¿Cómo lo solucionan? Ah, sorpresa… 

Es un libro muy entretenido y fácil de leer al que yo le he encontrado un par de fallitos a los que he corrido un tupido velo, pero hay otro por el que me gustaría preguntar… Veamos, si Harriet lleva cinco años casada con Percy, ¿cómo es posible que se sienta culpable y melancólica por no tener hijos durante dos? Porque ése es el periodo de tiempo que repiten una y otra vez, dos años. ¿Qué pasó durante los otros tres? Y otro pequeño pero, el cabo que dejan suelto en la novela, y que no voy a desvelar. Porque algo tendría que decir ese personaje, y parece que, directamente, lo olvidan. 

*Esta reseña participa en "Books around the magic world "