León el britano. Olalla Pons

Autor:Olalla Pons


Publicado por: Harlequín Ibérica


Año publicación: 2014


Género: Romántica/Erótica histórica


EBook: 2,84€

León el britano, otrora príncipe picto, es vendido como esclavo en la antigua Roma, donde causa sensación entre las mujeres por su magnífico porte y su fama como gladiador. Pero su sueño es volver a Britania. Para eso se entrena cada día, para obtener la libertad luchando en la arena. Entonces se cruza en su camino la bella y virginal Claudia y León comprende, por primera vez, que existe algo más íntimo y sutil que el deseo físico. ¿Qué es lo que despierta en su alma esa joven patricia? ¿Cómo logrará que se fije en él, un esclavo obligado a cometer los actos más despreciables? Pero Claudia ya se ha quedado prendada de los ojos dorados y el cuerpo de estatua de bronce de León… Sin embargo, ¿podrá ese nuevo sentimiento sobrevivir a las mentiras e intrigas de ese nido de víboras que era la Roma de Nerón?

Ufff, vamos a ir por partes, porque esto tiene bastante tela que cortar. Al igual que me pasó en Tuareg, no tengo muy claro cual es la diferencia entre romántica y erótica. ¿Las escenas de sexo? Bueno, eso es algo que ya comentaré cuando toque. Respecto a los comentarios en la novela, lo dividiré en tres partes: La ambientación histórica, cómo esta escrita la novela; y lo que tiene más harina y polémica, la historia y sus personajes. 

Con respecto a la ambientación histórica un par de detallitos. Lo primero es que nada más empezar la lectura te da la sensación de estar en la Roma de “Espartacus: Sangre y arena”, en vez de una Roma más verídica. Y es una sensación que se repite a lo largo de la novela. Claro que la temática va bastante más por esos derroteros… Lo segundo y más peliagudo es la época. Hay que tener un poquito de cuidado con toda esa temática de los cristianos, Nerón y el incendio de Roma. Bien, pues si el epílogo tiene como fecha invierno del 65 (y si mi mente se sitúa bien, los inviernos son al inicio de cada año), hay un niño que sabe hablar con bastante coherencia y el incendio de Roma se produjo en el verano del 64 (cuando se conocen León y Claudia) como que no me cuadran las fechas. Y lo digo porque el error hubiera sido fácilmente subsanable, con que se hubiera puesto invierno del 67 o 68… La cuestión de la persecución de los cristianos también es discutible, ya que hay mucha mitología por parte de la Iglesia católica con este tema. Se culpó a los cristianos del incendio, sí, pero antes de eso pasaban bastante desapercibidos. No eran bien vistos por esas “pequeñas cuestiones” de reuniones secretas y no jurar fidelidad al emperador, pero de ahí a dar la sensación de ser cristiano era sinónimo de martirio antes del incendio pues… casi diría que no.

Con respecto a como está escrita la novela, en mi opinión tiene bastantes altibajos. Hay momentos en los que te metes de lleno en la trama, totalmente enganchada; momentos muy duros y de muchísima carga emocional, momentos con diálogos muy divertidos y… momentos en los que se ralentiza la acción y hace que te desenganches, que la autora se pasa de descripciones y metáforas. Lo malo es que justo un par de esos momentos son justo antes de escenas sexuales entre León y Claudia, con lo que cuando llega al asunto, estás más bien tibia. Y encima las dos descripciones son muy similares. Una curiosidad es que está lleno de vergas, pollas, follar, pero a la hora de hablar del clítoris lo denomina centro de placer… Qué modosos nos volvemos. Sin comentarios. 

Y ahora el meollo del asunto, la historia y sus personajes. No hay muchas novelas en las que ella de una clase social muy superior a la de él, pero al menos en las dos que recuerdo (El acompañante, de Evangeline Collins y El príncipe leopardo, de Elizabeth Hoyt) ambas chicas están a la altura de ellos. No así en este caso. Yo no comprendo el comportamiento de Claudia, particularmente la llamé de todo menos bonita, y lo que tengo muy claro es que si amas más que a nada en el mundo a una persona, no te dedicas a hacerle lo que ella le hace a León. Queda casi al nivel de las villanas del libro. Para mí, eso no es amor. 

A León me encantaría cogerlo y ponerlo en una cajita con algodones para que nunca nadie le haga daño. Te enamoras perdidamente de él, de lo que siente, sufre, su forma incondicional de amar (no como otras)… Pedazo de personaje.

Marcela y Cayo Marco Británico con unos personajes encantadores, muy coherentes y a los que tendría como amigos sin dudar. Y Aisling… Me encantó las pocas veces que ha salido. Pobre Marco, a ver como terminan las cosas entre ellos, ya que la picta es de armas tomar. Y del resto, decepción con los padres de Claudia, y Flavio es una sorpresa muy agradable. Las villanas de turno, sin comentarios.

En resumen, una historia con muchos momentos duros, algunos divertidos, y a la que acogotarías a la protagonista. A mejorar: menos descripciones, menos sangre y arena y las escenas de sexo, que la verdad… no excitan demasiado.