Autor: María José Tirado
Publicado por Titania
Año publicación: 2016
Género: Contemporánea
ISBN: 978-84-163-2709-6
Julia Romero es enfermera del equipo de urgencias del 061 de Sevilla. Su vida transcurre entre el trabajo y su relación secreta con Rubén, el mejor amigo de su hermano y médico de su equipo, relación que este no parece dispuesto a formalizar.
Austin Parker, miembro del equipo alfa del Team Six de los Seals, acaba de regresar de Afganistán. Su vida y la de Julia se cruzan tras ser apuñalado en la calle. Se trata de un hombre joven, corpulento, con una poblada barba rubia y unos espectaculares ojos azules. Un hombre cuyo torso y alma están marcados por profundas cicatrices.
Desde ese encuentro, Julia no podrá dejar de pensar en el americano. Pero Austin se prohibirá a sí mismo sentir algo por la joven enfermera. Está a punto de enfrentarse a la misión más importante de su vida y, por nada del mundo, quiere ponerla a ella en peligro.
Los DiHe son la más peligrosa organización criminal de toda Europa. Son salvajes, despiadados, se financian con la prostitución y el tráfico de seres humanos, y Julia está a punto de caer en sus redes, sin imaginar las consecuencias.

Conocí a esta autora gracias a sus maravillosas novelas Mangaka. Lágrimas en la arenay Perderme en ti que dejaron el listón muy alto (El diario de Kat aún no lo he leído)... Tanto que en mi opinión esta novela no llega a alcanzarlo. Y no es porque no sea entretenida... pero no sé, hay ciertos momentos en que me falta algo, ciertos instantes que me desconciertan, y otras veces me pregunto “qué ha pasado con...” para que me lo expliquen bastantes páginas después. Tal vez lo que sucede es que le ha dado mucha más importancia a la historia romántica de Austin y Julia y deja la trama secundaria de los DiHe a un lado cuando hay momentos en que esa parte, con toda lo dura que es y con la valentía que Julia demuestra, te atrapa más que el fin de semana de la boda de la prima-arpía.
La novela arranca de forma suave, como una ligera brisa en la que nos enteramos de la desastrosa relación entre Julia y Rubén, y cómo Austin irrumpe en su vida de una forma un tanto abrupta y sin avisar, pero que poco a poco esa relación se va afianzando en los corazones de los protagonistas. Y así, esta brisa desemboca en un tremendo huracán provocado entre otras cosas por el carácter dulce, inocente, ingenuo, noble y generoso de Julia que junto con el tópico manido de “Es mejor que te alejes de mí para estar a salvo” de todo SEAL, militar, policía, detective o caballero andante que se precie provoca que la dulce pero entrometida damisela de turno se meta en un fregado de tres pares de narices del que el pobre caballero de la blanca armadura tiene que meterse para poder salvarla. Porque para que nos vamos a engañar, si Austin (o muchos otros) no hubiera cometido ese error de bulto, Julia no se encontraría donde se llega a encontrar.
Y después de la tempestad llega una relativa calma que precede a otra mini tormenta casi tan adicta como la primera y en la que Julia vuelve a demostrar que los tiene bien puestos, para alcanzar la tranquilidad total.
Sin duda, la protagonista absoluta de la novela es Julia, que se nos presenta como una chica acomodada en su zona de confort de su relación con Rubén, pero que se da cuenta de que la cosa no tiene pinta de llegar a buen puerto a menos que tome cartas en el asunto. Por suerte aparece Austin en su vida para zarandearla un poco y darse cuenta de lo que se está perdiendo. Y a pesar de los intentos de Austin por alejarla, éste no se libra de sus reproches ni de sus broncas de Pepito Grillo, pero que le hacen tener los pies en la tierra y plantearse las cosas de otra manera. Su historia de amor es preciosa, y cala tan profundo en el SEAL que él removerá cielo y tierra para encontrar a la mujer de su vida y rescatarla entrando en el sitio en cuestión como un elefante en una cacharrería. Literalmente, y caiga quien caiga. Aunque quizá en cuestiones de salvar al ser amado no sea él quien tenga la última palabra...
Como comenté antes la novela tiene momentos delirantes: la absurda boda y como Julia los pone firmes, las conversaciones con Candi (Candela, la hija de Austin) que nos hacen reír con las ocurrencias de una niña de seis años (momentos hospital entre los tres, impagables); pero también momentos tremendamente duros, como la historia de Farah y la de Sophie, junto a otros igualmente tiernos, como el comportamiento de Candi en esas situaciones. Y sobre todo Julia, capaz de sobreponerse a todo y a todos, con sus ganas de ayudar y proteger a Farah después de su violación, las broncas que le echa a Demyan, la lucha interna ante su propia situación, y el tratar de no derrumbarse a pesar de lo aterrorizada que llega a estar. Como un junco, podrá doblarse frente al fuerte viento, pero no se romperá y cuando pase, se volverá a levantar. Y si hay que cantarle las cuarenta a alguien, lo hará sin problemas.
Austin es el brillante e imperfecto caballero andante... y al que desbaratan su forma de pensar y de vivir, tomando decisiones que ni loco tomaría antes. Cabezota, toma decisiones unilaterales cuyas consecuencias son imprevisibles, pero que afortunadamente consigue enderezar... por su propio bien y el de los suyos.
Y no me olvido de comentar la historia de amor secundaria entre Berta y Hugo, mejor amiga y hermano respectivamente de la protagonista, que también tienen mucho que decir, una por su entrega y decir las cosas por su nombre aunque también mete la patita con Hugo... y el otro por su sobreprotección con su hermana pequeña y el caer rendido a los pies de Berta de manera sorpresiva (con la ayuda sutil de Julia...). También hay que hablar de Rubén, que por imbécil y ser perro del hortelano, perderá de forma irremediable a la que podría haber sido el amor de su vida. Sí, cae de la burra demasiado tarde y se enmienda con su acciones.
Caso aparte es el de Demyan, que no voy a desvelar, ya que telita... Y luego me quejo de mi trabajo, los hay peores... Me gustaría un libro con su historia. Por último un par de cosas que me han desconcertado en el libro. La primera, que se refieran a Demyan por su nacionalidad cuando en ningún momento se ha dicho antes, ni se sospechaba. Que te suelten “El italiano...” sin venir a cuento te descoloca. Otra es que Irina se cabree con Julia ya que llora cuando está haciéndole un culilingus... Pues no sé qué esperaba, sinceramente, con lo que le ha hecho pasar a Julia, y que le haya dicho que o se entregaba voluntariamente a ella o mandaba a sus hombres que la violasen en grupo, no es para que la pobre chica se excite precisamente... Y hay que reconocer que tanto Julia como Candi han tenido muchísima suerte. Me estoy acordando de la novela de Kelly Dreams Noches de Sherahar (muy recomendable) que tiene también otra historia secundaria de trata de blancas mucho más dura que ésta. Y finalmente, a Demyan medio lo ves venir...A mí no me sorprendió, como no me sorprendieron otras cosas.
En resumen, el libro no está mal, es una descarga de emociones tanto positivas como negativas (lo que le harías a los hermanos Sokolov, a Borko o a Besnik...) pero que no llega al nivel de sus dos primeras novelas.