Autor: Mayte Esteban
Publicado: Harlequin Ibérica S.A.
Año publicación: 2015
Género: Romántico,Contemporáneo
EBook: 2,84€
Rocío, camarera de pisos de un hotel rural y escultora en sus ratos libres, vive al borde de un ataque de ansiedad: el día de su boda está a la vuelta de la esquina, faltan muchos detalles por concretar aún y su novio no ayuda. Para colmo, se encuentra con que tiene que trabajar horas extra en el hotel. Todo debe estar impecable para la llegada de Alberto Enríquez y Lucía Vega, la pareja de actores de cine más rutilante del momento. Cuando aparecen, a Rocío le ocurre algo que no logra entender. Es verdad que Alberto tiene un físico imponente y una mirada terriblemente sexy, pero lo que empieza a sentir es desconcertante e inoportuno, y por ello lo trata de manera fría, hasta brusca.
Alberto enseguida descubre que Rocío no es la típica muchacha encandilada por un famoso y justo eso es lo que llama su atención. Sin embargo, algo se le escapa: ¿por qué Rocío evita mirarlo a los ojos? Impaciente por descubrirlo, idea mil maneras de tropezar con la esquiva camarera. Con lo que no cuenta es con que la prensa sensacionalista es capaz de cualquier cosa con tal de lograr una exclusiva.
En cierto modo es un soplo de aire fresco, y parece una historia bastante real... El trasfondo de la misma es de los que daría lugar a muchas discusiones, ya que no solo están las (ya que son dos) historias de amor, también está el eterno debate de la ética periodística a la hora no sólo de promocionar películas, sino más bien del carroñero. Ni que decir tiene que lo de Christian es un delito fragante a la LOPD, que se lo pasa por donde yo te diga, y si Rocío, de la que creo que insinúan que ha terminado Derecho, fuera espabilada, no se hubiera librado de un buen juicio. Hay una parte de la novela, en la entrevista radiofónica, que la verdad estoy más que de acuerdo con lo que dicen tanto Lucía como Rocío.
En fin, al turrón. Al “genial” representante de Alberto, Gustavo, no se le ocurre mejor idea para promocionar la última película de los dos actores que decir que mantienen un romance, y que se han escondido en un hotel en medio de la nada (he intentado buscar Grimiel en el listado de municipios del INE y no lo encontré, si alguien me dice por dónde cae...) y contrata los servicios de un paparazzi para que los pille en actitud “sospechosa”. Y vale,inicialmente es una mentira con el único objetivo de aumentar el número de espectadores (reprochable), pero la bola de mentiras empieza a engordar y a deslizarse peligrosamente cuando Lucía no quiere salir del hotel porque dice que hace mucho frío (una buena excusa como otra cualquiera, ya veréis el porqué), Alberto empieza a acosar a Rocío al ver que ésta pasa olímpicamente del actor, y el freelance se aburre y capta unas inocentes fotos de Rocío y Alberto que desde otro ángulo pueden parecer otra cosa. Y la bola empieza a caer.
Rocío, inmersa en los preparativos de una boda que en el fondo no le satisface, con un novio (Oscar), cuya actitud es más que sospechosa, se ve envuelta sin comerlo ni beberlo en un circo mediático donde campa la rumorología y nadie se molesta en contrastar nada, lo que provoca la cancelación de la boda (de la que se libra, ya que Oscar tiene toda las papeletas de convertirse en un maltratador) y la huida del pueblo al agobiarse con lo que le cae encima. Y mientras intenta solucionar la papeleta, se va incrementando el número de mentiras para salir del paso, y Alberto se va introduciendo despacito pero implacablemente en su corazón.
Alberto empieza a perseguir a Rocío por la sencilla razón de que ella ni me pide autógrafos ni hacerse una foto con el móvil, cosa que le descoloca un pelín. Pero poco a poco va interesándose por esa chica tirando a borde y contestona a la que acaba de fastidiarle la vida sin saberlo. Y por si los problemas fueran pocos, choca con las estupendas ideas de Gustavo y tiene que lidiar con su hermano menor adolescente. Rocío por su parte, se ha acomodado en una relación que no le lleva a ningún lado, pero por miedo o cobardía continúa adelante a pesar de todas las dudas que le producen las reacciones de su cuerpo ante la proximidad de Alberto o las que le genera Oscar con su forma de tratarla. Sí, exactamente igual que los borriquitos o los avestruces, sin querer saber lo que pasa realmente. Y cuando todo le explota en la cara, le echa al actor y a los periodistas la culpa de todos sus males (que la tienen) pero le cuesta analizar en profundidad su noviazgo y se defiende a base de borderías, groserías, y por qué no decirlo, tozudez y orgullo mal enfocado. Al menos a veces tiene ratos de sensatez en lo que se refiere a Oscar, pero le cuesta... Dios y ayuda. Y tampoco es de las que le duran los cabreos eternamente, pero también gracias a terceras personas. Lucia es la gran sorpresa de la novela, ya que en las primeras apariciones te imaginas una diva pija y caprichosa. Pero a medida que vas rascando te das cuenta de que todo es una fachada y es una persona encantadora, que protagoniza una gran historia de amor (a escondidillas y en plan secundario, y afortunadamente nada complicada pero que te pilla por sorpresa su duración). No tardas en encariñarte con ella. Y Gustavo... es para dar de comer aparte. Sinceramente tiene unas opiniones que es de tirarle de las orejas sin parar.
Otros personajes destacables son Víctor, el hermano adolescente y follonero; Carlos, Luisa, trabajadora del hotel; los padres de Rocío, su tía Gigi, Christian... Todos van conformando una historia en la que los “qué dirán”, o el derecho a la información juegan un papel muy importante.
Una historia fresca y original, y en la que se pone en el tapete ese famoseo de prensa rosa que tanto campea en nuestro país, y que son capaces de hacer cualquier cosa con tal de acaparar la atención, querida o no, y que no dudan el pasar por encima de alguien que pasaba por allí en ese momento. Y no solo las actitudes de los personajillos, también de los “periodistas” (telita para algunos como Raúl Gil...).
Otros personajes destacables son Víctor, el hermano
adolescente y follonero; Carlos, Luisa, trabajadora
del
hotel; los padres de Rocío, su tía Gigi, Christian...
Todos
van conformando una historia en la que los “qué dir
án”, o
el derecho a la información juegan un papel muy
importante.
¿Qué te voy a decir? Que has entendido la novela perfectamente y que me ha gustado mucho tu reseña.
ResponderEliminarSolo te añado una cosa, que no tiene nada que ver con la reseña, y es que el 1 de febrero, al fin, se publica su versión en papel.
Un beso y muchas gracias
De nada Mayte... Animo, bicos y sigue asi ;)
EliminarDe nada Mayte... Animo, bicos y sigue asi ;)
EliminarSe me olvidó comentártelo: Grimiel no existe. Es un pueblo que inventé, que más o menos por el tiempo que digo que tardan en llegar estaría al norte de Castilla y León. Lo que sí te digo es que está basado en los pueblos de esta comunidad que conozco. Son mágicos.
EliminarNo tiene mala pinta, me lo apunto.
ResponderEliminarSaludos
Hola,
ResponderEliminarNo soy muy dada a lo contemporáneo,. así que por esta vez y a pesar de lo que comentas en tu reseña, lo dejo pasar
Feliz 2016!!!
Un besote